El dolor lumbar crónico no específico es uno de los problemas musculoesqueléticos más frecuentes en la población adulta. Un número creciente de estudios sugieren que los programas de Pilates, y en concreto el uso del Reformer, pueden ser una estrategia eficaz dentro de una intervención global de ejercicio terapéutico.
Algunas revisiones sistemáticas y metaanálisis han concluido que el método Pilates reduce el dolor lumbar y la discapacidad funcional, cuando se compara tanto con no ejercicio como, en algunos casos, con otros tipos de ejercicio.
En pacientes con dolor lumbar crónico, un estudio reciente con Reformer Pilates demostró mejoras significativas no solo en la intensidad del dolor, sino también en el miedo al movimiento o kinesofobia, la fatiga, y la calidad del sueño tras seis semanas de entrenamiento, lo que sugiere beneficios tanto físicos como psicológicos.
Otra investigación indica que los ejercicios de estabilización lumbar basados en Reformer pueden aumentar la activación del “core” (músculos profundos abdominales y lumbares) y favorecer el control motor lumbo-pélvico.
Teniendo en cuenta estos datos, a continuación se proponen tres ejercicios de Reformer que combinan seguridad, eficacia y progresión, orientados a fortalecer el “centro” del cuerpo, mejorar la gestión del movimiento y reducir la carga lumbar.
1. Puente con Reformer (Bridge on the Reformer)
Qué trabaja y por qué influye en el dolor lumbar

El puente es un clásico en Pilates, y en versión Reformer permite controlar la resistencia mediante muelles, así como modular la movilidad segmentaria de la columna. Este ejercicio activa los glúteos, los isquiotibiales, el transverso abdominal y la musculatura lumbar extensora, al tiempo que favorece la movilización pélvica y la estabilización lumbo-pélvica.
Según la evidencia sobre Pilates y dolor lumbar, fortalecer glúteos e isquiotibiales ayuda a disminuir la carga en la columna baja y a mejorar la postura pélvica, mientras que una activación controlada del “core” promueve una mayor estabilidad dinámica.
Cómo hacerlo correctamente
- Coloca los pies en la plataforma del Reformer, a una anchura de caderas y con las rodillas en flexión de unos 90°. Los hombros permanecen sobre la cama del Reformer, y la cabeza apoyada de forma neutra.
- Activa el “centro” (cobrar conciencia del transverso abdominal, alargando la caja torácica, respirando con control).
- Desde la pelvis neutra, empuja con los pies y eleva la cadera lentamente hacia arriba, hasta extender completamente las caderas, alineando rodillas, caderas y hombros.
- Mantén la posición breve (1-2 segundos), prestando atención a que no haya hiperextensión lumbar ni despegue excesivo del pecho.
- Baja de forma controlada vértebra a vértebra hasta la posición inicial.
- Repite entre 8 y 12 veces, con 2-3 series, ajustando la resistencia de los muelles a tu nivel (más ligera al principio, progresando cuando controlas bien la estabilización).
Variantes y progresión
- Si la resistencia es demasiado alta, baja el número o la rigidez de los muelles o coloca menos palanca (pies más cerca del carro).
- Para dificultad mayor, puedes realizar el puente con una pierna extendida (puente unipodal) o incorporando un “mini roll” segmentando vértebra a vértebra la elevación pelvico‐lumbar.
- También se puede hacer una versión más dinámica, llevando el carro hacia fuera y luego regresándolo mientras mantienes la elevación de la cadera (“bridge with carriage moving”).
2. “Footwork” con esfuerzo progresivo de core
Qué trabaja y por qué influye en el dolor lumbar

El footwork en el Reformer es una serie de movimientos de empuje con los pies desde la barra de pies, que se usa clásicamente como calentamiento o activación de la cadena posterior y anterior de las piernas. Pero si lo combinamos con un enfoque consciente de estabilización del “core”, se convierte en un ejercicio útil para integración del movimiento lumbo-pelvico con las extremidades inferiores y para mejorar el control del centro.
Parte de la mejoría del dolor lumbar atribuida al Pilates proviene de esta integración del “core” durante movimientos funcionales (no sólo en modalidad estática), promoviendo un mejor patrón de disparo de musculatura profunda.
Cómo hacerlo correctamente
- Acuéstate de espaldas sobre el Reformer, con la cabeza apoyada, la pelvis neutra y las piernas sobre la barra de pies, con los pies flexionados o en punta según la progresión.
- Selecciona una resistencia suave/moderada de muelles que permita un movimiento fluido sin obligación de extender la espalda al empujar.
- Antes de empujar, activa el core: siente el transverso abdominal “envolviendo” el centro, estabiliza la pelvis, alinea la caja torácica y controla la respiración.
- Empuja con las piernas para extender las rodillas y las caderas, manteniendo la pelvis estable y sin colapsar el “core” o arquear lumbarmente.
- Regresa lentamente al punto de partida, manteniendo el control del centro durante todo el recorrido.
- Realiza 10-15 repeticiones, 2-3 series, y observa si la pelvis tiende a moverse; si se mueve, reduce la velocidad, la resistencia o la amplitud del movimiento hasta restablecer el control segmentario.
Variantes y progresión
- Puedes variar la posición de los pies (más ancha, más estrecha, puntera, talones) para reclutar diferente musculatura.
- Con buena estabilización, puedes hacer footwork a una pierna (una pierna empuja mientras la otra descansa), lo que obliga a mayor control del centro.
- También puedes combinar el footwork con movimiento de brazos desde las correas (pulling straps), coordinando brazos y piernas, para integrar más el patrón global de estabilización corporal.
3. “Eleva y baja el carro” con una posición lateral (Side-lying carriage pull)
Qué trabaja y por qué influye en el dolor lumbar

Este ejercicio se realiza tumbado de lado sobre el carro del Reformer, sujetando las correas con la pierna o brazo superior y “tirando” (o empujando) el carro hacia fuera y luego regresándolo. Esta variante lateral enfatiza la activación de los músculos estabilizadores del tronco (especialmente oblicuos, músculos laterales del tronco y glúteos), en un plano que promueve la integridad lumbo-pélvica ante movimientos de desplazamiento.
La literatura sobre Pilates terapéutico sugiere que trabajar en planos laterales y rotacionales, no solo en flexión/extensión sagital, favorece un mejor equilibrio muscular y control segmentario del tronco, lo cual contribuye a reducir el dolor lumbar crónico mediante una mejor “gestión del movimiento”.
Cómo hacerlo correctamente
- Colócate de lado sobre el carro del Reformer, con la cabeza apoyada y la pierna inferior doblada o apoyada de forma cómoda. La pierna superior puede estar flexionada con la corredera sujeta al pie o a la mano, dependiendo de la versión.
- Activa el centro (“core”) con una ligera rotación del tronco hacia arriba, manteniendo la pelvis estable y evitando que la columna baja se hunda o se desplace hacia delante o hacia atrás.
- Tira del carro hacia fuera (o empújalo hacia atrás, según la configuración de las correas) lentamente, sintiendo la activación del tronco, los músculos laterales y los glúteos, estabilizando la pelvis y evitando rotación lumbar excesiva.
- Regresa el carro al centro de forma controlada, manteniendo la alineación y el control del centro.
- Realiza 8-10 repeticiones por lado, 2-3 series, alternando lados si es viable, y adaptando la resistencia de los muelles para que el movimiento sea fluido y controlable, no forzado.
Variantes y progresión
- Puedes empezar con poca resistencia e incluso con movimiento limitado (el carro solo se desplaza pocos centímetros) hasta que el tronco esté bien estabilizado y sin compensaciones.
- A medida que mejoras el control, aumenta la amplitud del movimiento del carro o la resistencia de los muelles.
- También se puede progresar incorporando pausa isométrica al final del desplazamiento o introducir un pequeño movimiento rotacional del tronco controlado (“side-bending” o “rotation”) para avanzar hacia patrones funcionales más complejos.
Estos tres ejercicios de Reformer, el puente (bridge), el footwork con énfasis en el core y el trabajo lateral con el carro, ofrecen una combinación de fortalecimiento de la cadena posterior, activación del “centro corporal” (core) y integración funcional del tronco con las extremidades. La evidencia científica reciente sugiere que los programas de Pilates Reformer pueden reducir el dolor lumbar crónico, mejorar la movilidad segmentaria controlada y ayudar a reeducar los patrones de movimiento corporal hacia mayor estabilidad y menor miedo al movimiento.
Como siempre, es recomendable que estos ejercicios se realicen bajo supervisión inicial de un profesional titulado en Pilates terapéutico o fisioterapia, y con una progresión adecuada, adaptada al nivel de dolor, movilidad y fuerza de cada persona. Con el tiempo, la práctica regular y controlada de estos movimientos puede contribuir a fortalecer el tronco, mejorar la postura y disminuir la recurrencia del dolor lumbar, promoviendo una vida más activa y funcional.